Contador no se perderá ni un segundo de la vista. |
LUIS VALLADARES/@LValladaresG
[LA GACETA 22/11/2011]
Han tenido que pasar 16 meses desde que se conociera el positivo por clembuterol de Alberto Contador para que se llegara al gran juicio. La sede del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en la ciudad suiza de Lausana bien podría ser el escenario de una superproducción de Hollywood.
Allí se abrió la vista por la mañana. Asistió Contador –que declarará mañana– acompañado de su hermano y representante Fran. La cantidad de asistentes a la cita obligó a trasladar el juicio al Museo de Comité Olímpico Internacional (COI). 24 personas reunidas eran demasiadas para el tamaño de la sede del TAS.
Fue allí donde se trató el asunto de la carne. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Unión Ciclista Internacional (UCI) contaban con Javier Zabaleta, uno de los dueños de la carnicería de Irún. Fue el primer testigo, el que abrió el telón de las declaraciones. Le siguió el detective contratado por Contador para seguir la pista de la carne –algo que no llegó a descubrir–.
El hermetismo reinante impidió saber las palabras de los mismos. Los que no pudieron comparecer por falta de tiempo fueron los estadísticos que ambas partes han llevado. En total, cinco horas y media duró la primera sesión. Hoy se reanuda a las 9.00 horas, también en la sede del COI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario