En David Arroyo (Talavera de la Reina, 1980) no hay arrogancia. Su discurso delata a este amante de la paz del monte. No sabe lo que son las prisas. Con esa paciencia y humildad ha conseguido hacerse con un nombre en el pelotón internacional. Su insistencia le llevó a las puertas del cielo en el Giro 2010. Cinco días de rosa para acabar en el segundo peldaño en Milán. No pudo repetir sueño este año en una corsa rosa que se medía por bocanadas de oxígeno para subsistir al esfuerzo. Pero entre épica y épica transalpina, el Movistar conoció la tragedia de Xavi Tondo. A David aún se le corta la respiración cuando habla a LA GACETA sobre su compañero. Pero el ciclismo sigue –toca Campeonato de España y Tour–, más aún en un enamorado de este deporte. Con dos años ya montaba, sin ruedines, en bicicleta y a los 14 cambió los libros por los deportes.
-Habrá dado vueltas al Giro que ha realizado.
-Muchas, pero no he sacado conclusiones concretas porque no sé qué hubiera pasado si me hubiera movido de otra manera en carrera. Preparé el Giro con toda la ilusión. Quizá empecé demasiado fuerte, pero estoy contento porque lo he dado todo y dudas no me quedan.
-Esperaba estar entre los diez primeros.
-Era mi objetivo. No se ha podido cumplir y es la pena que me queda.
-¿Calculó mal el pico de forma física?
-Ese ha sido el gran problema. La última semana era muy dura, pero la primera y la segunda también. En el deporte la preparación no es dos más dos, cuatro.
-Además, la cambió.
-Intenté limar todavía más mi peso y quizá me pasé metiendo la lima. Llegar demasiado fino al inicio del Giro fue un handicap.
-¿Se le ha hecho largo?
-Quizá largo no sea la palabra correcta. Llegué con las energías muy justas al final, gasté las reservas. Y cuando más falta me hacían no las tenía.
-¿Qué fue lo más duro?
-Sin duda la etapa de Gardeccia, la que ganó Mikel Nieve. Pero la puntilla del día a día fueron los traslados. Hemos llegado a tener etapas de más de 200 kilómetros y otros 320 hasta el hotel. Imagínese qué recuperación puede haber así, ninguna. Eso lo deberían de mimar más.
-¿Tuvo presión por el podio del año pasado?
-No. Movistar me dijo que tenía que ir al Giro a hacerlo lo mejor posible, nunca a hacer podio o ganar. Hay que reconocer que había gente de mucho peso y éramos realistas. Podía hacer una buena general pero sin la presión del podio.
-Muchas, pero no he sacado conclusiones concretas porque no sé qué hubiera pasado si me hubiera movido de otra manera en carrera. Preparé el Giro con toda la ilusión. Quizá empecé demasiado fuerte, pero estoy contento porque lo he dado todo y dudas no me quedan.
-Esperaba estar entre los diez primeros.
-Era mi objetivo. No se ha podido cumplir y es la pena que me queda.
-¿Calculó mal el pico de forma física?
-Ese ha sido el gran problema. La última semana era muy dura, pero la primera y la segunda también. En el deporte la preparación no es dos más dos, cuatro.
-Además, la cambió.
-Intenté limar todavía más mi peso y quizá me pasé metiendo la lima. Llegar demasiado fino al inicio del Giro fue un handicap.
-¿Se le ha hecho largo?
-Quizá largo no sea la palabra correcta. Llegué con las energías muy justas al final, gasté las reservas. Y cuando más falta me hacían no las tenía.
-¿Qué fue lo más duro?
-Sin duda la etapa de Gardeccia, la que ganó Mikel Nieve. Pero la puntilla del día a día fueron los traslados. Hemos llegado a tener etapas de más de 200 kilómetros y otros 320 hasta el hotel. Imagínese qué recuperación puede haber así, ninguna. Eso lo deberían de mimar más.
-¿Tuvo presión por el podio del año pasado?
-No. Movistar me dijo que tenía que ir al Giro a hacerlo lo mejor posible, nunca a hacer podio o ganar. Hay que reconocer que había gente de mucho peso y éramos realistas. Podía hacer una buena general pero sin la presión del podio.
-¿Quién le ha sorprendido en la carretera?
-Rujano, como en 2005 (fue tercero). Luego, Alberto (Contador) no tiene nada que demostrar, como Nibali, Scarponi, Menchov o Joaquim Rodríguez.
-¿Ha cambiado Contador su carácter?
-Más o menos se le ve igual. Personalmente yo he tratado como siempre con él. En este sentido no le he visto cambiado.
-¿Qué le hizo pensar el accidente de Weylandt?
-El Giro debe mejorar los recorridos y proteger más la vida del ciclista. En este aspecto, la Vuelta sí cuida la señalización.
-Su muerte amplió el debate sobre la seguridad del Crostis, ¿cómo ve su eliminación?
-No se puede dejar desamparado 40 kilómetros a un ciclista. Si tiene algún percance nadie le podría socorrer porque no iban a pasar ni coches de equipo, ni ambulancias. Así que la UCI actuó bien.
-Lo peor para ustedes fue la muerte de Xavi. Se lo cuenta Unzué en el día de descanso. ¿Cómo fue ese momento?
-(Suspiro) El tiempo se para. No era capaz de asumir y entender lo que nos estaba contando Eusebio. No podía ser verdad. Fue un golpe bastante duro.
-¿Cómo era su relación?
-Éramos compañeros y buenos amigos. Hasta ahora nunca habíamos compartido equipo, pero llevábamos corriendo mucho tiempo. Coincidimos desde el campo amateur, porque era sólo un año mayor que yo. Nos conocíamos mucho. No era una relación de súper amigos, pero con el tiempo hicimos migas.
-Siguen en carrera y al día siguiente tocaba cronoescalada, que es sólo piernas y cabeza. ¿Es posible concentrarse?
-Lo intentas, pero te vas. Es muy difícil estar metido 100% en la carrera. Había que intentarlo, porque nos quedamos en el Giro por él.
-Al final Kiryienka pudo regalarle una etapa…
-El ciclismo era su vida y qué mejor homenaje que dedicarle una etapa. Lo rozó Pablo Lastras y, al final, Kiryienka se sacó una victoria muy bonita.
-Volviendo a lo deportivo, ¿qué balance hace de la temporada?
-Bastante bueno. Pero lo importante es recuperar y centrarse en los próximos objetivos.
-Que son el Tour y los Campeonatos Nacionales, ¿es posible llegar al 100%?
-Sí. He terminado cansado, pero no muerto. Tengo ganas de bici, lo que significa que no estoy destrozado. He desconectado y recuperado física y mentalmente. Se puede estar otra vez al 100% para entonces.
-¿Qué se plantea cómo objetivo en Francia?
-El primer objetivo es llegar en forma a la salida y después Eusebio nos dirá qué hacer.
-¿Ha podido mirar las etapas y marcar alguna en el calendario?
-No mucho. Sé que empieza por el norte de Francia, pero no sé nada más. Pronto me pararé a mirar y veré qué me espera.
-¿Después qué correrá?
-No sé si San Sebastián, Burgos o Polonia. A finales de julio nos dirán la segunda parte del calendario.
-Rujano, como en 2005 (fue tercero). Luego, Alberto (Contador) no tiene nada que demostrar, como Nibali, Scarponi, Menchov o Joaquim Rodríguez.
-¿Ha cambiado Contador su carácter?
-Más o menos se le ve igual. Personalmente yo he tratado como siempre con él. En este sentido no le he visto cambiado.
-¿Qué le hizo pensar el accidente de Weylandt?
-El Giro debe mejorar los recorridos y proteger más la vida del ciclista. En este aspecto, la Vuelta sí cuida la señalización.
-Su muerte amplió el debate sobre la seguridad del Crostis, ¿cómo ve su eliminación?
-No se puede dejar desamparado 40 kilómetros a un ciclista. Si tiene algún percance nadie le podría socorrer porque no iban a pasar ni coches de equipo, ni ambulancias. Así que la UCI actuó bien.
-Lo peor para ustedes fue la muerte de Xavi. Se lo cuenta Unzué en el día de descanso. ¿Cómo fue ese momento?
-(Suspiro) El tiempo se para. No era capaz de asumir y entender lo que nos estaba contando Eusebio. No podía ser verdad. Fue un golpe bastante duro.
-¿Cómo era su relación?
-Éramos compañeros y buenos amigos. Hasta ahora nunca habíamos compartido equipo, pero llevábamos corriendo mucho tiempo. Coincidimos desde el campo amateur, porque era sólo un año mayor que yo. Nos conocíamos mucho. No era una relación de súper amigos, pero con el tiempo hicimos migas.
-Siguen en carrera y al día siguiente tocaba cronoescalada, que es sólo piernas y cabeza. ¿Es posible concentrarse?
-Lo intentas, pero te vas. Es muy difícil estar metido 100% en la carrera. Había que intentarlo, porque nos quedamos en el Giro por él.
-Al final Kiryienka pudo regalarle una etapa…
-El ciclismo era su vida y qué mejor homenaje que dedicarle una etapa. Lo rozó Pablo Lastras y, al final, Kiryienka se sacó una victoria muy bonita.
-Volviendo a lo deportivo, ¿qué balance hace de la temporada?
-Bastante bueno. Pero lo importante es recuperar y centrarse en los próximos objetivos.
-Que son el Tour y los Campeonatos Nacionales, ¿es posible llegar al 100%?
-Sí. He terminado cansado, pero no muerto. Tengo ganas de bici, lo que significa que no estoy destrozado. He desconectado y recuperado física y mentalmente. Se puede estar otra vez al 100% para entonces.
-¿Qué se plantea cómo objetivo en Francia?
-El primer objetivo es llegar en forma a la salida y después Eusebio nos dirá qué hacer.
-¿Ha podido mirar las etapas y marcar alguna en el calendario?
-No mucho. Sé que empieza por el norte de Francia, pero no sé nada más. Pronto me pararé a mirar y veré qué me espera.
-¿Después qué correrá?
-No sé si San Sebastián, Burgos o Polonia. A finales de julio nos dirán la segunda parte del calendario.
Entrevista publicada en LA GACETA (Intereconomía) el 7-junio-2011, realizada por Luis Valladares.
Fotos: movistarteam.com
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