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jueves, 26 de diciembre de 2013

El último atardecer naranja

El pasado martes, en la reunión de contenidos de Punto Pelota, decidí repentinamente girarme para mirar por la ventana. Descubrí un atardecer anaranjado precioso arropando Madrid. Me fijé, me permití deleitarme y una imagen se dibujó en mi mente: el naranja del Euskaltel-Euskadi.
Maldito 15 de octubre de 2013. Odiosos finales. La desaparición del equipo vasco es el símil perfecto a un ocaso. Con cierta calma, sabiendo que llegará, que el Sol se esconderá y se hará la noche. Por favor, que alguien me preste una bola de cristal o me diga que habrá luz de nuevo en un futuro no muy lejano. No hago ascos a ciertas utopías.
Ojalá amanezca de nuevo en las carreteras vascas. Que el candente astro rey vuelva a iluminar de naranja las cunetas en las grandes carreras al ritmo del ya legendario fulgor de los Euskaltel en la batalla. Esa excelsa afición ha perdido lo más preciado: su equipo de siempre al que animar.Ahora que releo este párrafo, donde escribí iluminar prefiero que leáis deslumbrar.
No hablaré de lo que se hizo mal. Tampoco de lo que pudo ser y no fue.No es momento. Eso sí, deseo suerte a todos aquellos que se quedan en la calle por una dudosa gestión. Toca rememorar como Euskaltel-Euskadi, el equipo decano del pelotón, se merece. Era diferente, tan bohemio como mágico. Hemos disfrutado de un millón de momentos 'ADN Euskaltel'. Esos héroes naranjas, protagonistas siempre en las laderas de los grandes puertos alpinos o pirenaicos. ¿Y esa imagen de Igor Antón ganando en Bilbao? ¿Y Agustín Sagasti? ¿Y la cima de Luz Ardiden conquistada por Laiseka o Samu Sánchez?  Soy madrileño y se me ponen los pelos de punta. Con todo, no alcanzo a imaginar lo que sintió la marea naranja.
Termino estas líneas, miro a la ventana y ya es de noche. Todo negro. Ahora, el naranja es recuerdo y la alborada un sueño. La pasión de la mejor afición del mundo, estoy seguro, hará que algún día la pesadilla acabe.

La peculiar crisis de los 40 de Horner

Pase lo que pase, gane quien gane, todo es sospecha en el mundo del ciclismo. La misma historia de siempre aderezada con diferentes nombres y apellidos. Chris Horner, es tu turno.
La RAE debería añadir una acepción a la palabra sospechoso: “Persona que triunfa en una competición ciclista”. Así de concisa. No hace falta nada más porque es una práctica más que extendida en este mundo. Más aún si cuentas días para los 42 años.
El estadounidense ha pasado unos 20 controles antidopaje durante la Vuelta a España. El simple hecho de que no haya habido un resultado anómalo debería ser más que suficiente para despejar cualquier tipo de rumorología. Pues ha sido que no. Estaba claro. Por eso ha tenido que publicar los datos de su pasaporte biológico desde… ¡2008! Es decir, desde el inicio de este sistema. Triste; muy triste. Y me ahorro comentar el esperpento de su búsqueda en el hotel.
¿Hacemos una lista de aquellos deportistas que compiten al máximo nivel con la cuarentena en su DNI? Ya publiqué en su día una entrada explicando por qué el ciclismo ‘está sucio’. Y esta es la herencia. Siempre la maldita sombra del dopaje, al más puro estilo ‘Psicosis’ y la famosa escena de la ducha. El deporte del pedal está herido.
Cuanto más pienso en todo lo que ha acompañado a la victoria de Horner en la Vuelta más me hierve la sangre. Lo siento, pero es así. Quizá demasiado visceral. Resulta muy penoso que propia gente que dice amar el ciclismo deseara la no victoria del americano. Y no por apoyar a Nibali, a Valverde o a Purito. No. Sólo por imagen de este deporte. ¿De qué imagen me hablas? ¿Y somos los mismos periodistas los que criticamos que no hay unidad en el pelotón para luchar y eso tiene la culpa de tal mala imagen?
Como para mí ser sospechoso no es ser culpable y Horner ni siquiera me parece sospechoso (sólo un ganador más) hasta que se demuestre lo contrario, pienso que su triunfo es una demostración más de que las cosas en el ciclismo se han igualado. Que ya no gana el mismo año tras año. Yo confío cada vez más en esto, aunque el ciclismo sea el hermano tonto del deporte.
¡Ah! La próxima hamburguesa que me coma va a tú salud, Chris.

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Memorias de África

No hay nada de sorpresa en cada imagen de Froome arropado por el amarillo y París a sus pies. Una bicicleta de montaña y los senderos de Kenia fueron los primeros trazos en su carrera.
Allí nació y creció este británico de bandera y africano de corazón. El espigado ciclista abre una puerta a la llamada globalización del ciclismo.Su triunfo, una motivación para los africanos. Así lo quiere Chris, quien corrió su primera 'Grande Boucle' en 2006 bajo la bandera keniata. El primero en hacerlo.
Tipo peculiar. Froome llegó por sorpresa a la élite del ciclismo, casi tan rápido como las veces que ha huido de ataques de hipopótamos mientras pesca en el lago Magadi. Que el todopoderoso Sky se fijara en él no fue casual. Su buena aptitud como rodador llamó la atención. Ha respondido con creces.
Despuntó en la Vuelta 2011, donde pudo campeonar si no hubiera sido por Wiggins. Misma historia en el pasado Tour. Ahora, por fin su turno. Justísimo ganador: cinco minutos de ventaja sobre Quintana (no vale descontar lo perdido en los Campos Elíseos). Y eso que malgastó fuerzas saliendo a todos y cada uno de los ataques de sus rivales. A punto de colapsar. Pero nadie puede reprochar su valentía. Pocos conocen su secreto: su delgadez. Para ello se acuesta todas las noches con hambre.Así, el sufrimiento encontró tesoro en París. Bravo

Purito de España

Se ha nombrado poco a Joaquim Rodríguez en este Tour, como a ese hijo en el que se depositan pocas esperanzas en magnas ocasiones.
De menos a más, es nuestro representante en París. Se ha doctorado, se ha ganado el pleno derecho de ser mencionado al menos las mismas ocasiones que a Contador, a quien ha arrebatado el cajón en los Campos Elíseos por una laxa 'Grande Boucle'.
Sin más gregario que Dani Moreno, que no ha llegado a acompañarlo en los grandes momentos, Purito ha sabido salir del tropiezo en los Pirineos y ser el mejor, con el permiso de Nairo Quintana, en los Alpes. Excelso mérito. Matando, encontró premio. Para él, los focos patrios en la 'Ciudad de la Luz'. Merecidos todos y cada uno de ellos. Pocos presumen de podio de las tres Grandes. Yo me quito el sombrero ante Joaquim. Ídolo.
Y pocos ha sido segundos en el Tour del debut. Quintana, que ha llevado en cada pedalada el aliento de la afición española, ha mostrado el futuro del ciclismo. 'El Escarabajo' será el gran animador en las próximas ocasiones. Bien rodeado y, sobre todo, arropado por un Valverde inmenso pese a perder sus opciones en los malditos abanicos, Nairo puso los pies en la tierra a un Froome tan superior como alocado en ciertas ocasiones. Aún así, más que merecido su amarillo en un Tour maravilloso.

Deberes para última hora

Glandon, La Madeleine, Tamié, L’Espine, La Croix Fry y, como colofón, un descenso propio de aguas bravas. Tanto prestigio no acompañó en el espectáculo entre los favoritos.
Contador y los Saxo Bank, centrados en la general por equipos y defender su segundo puesto en la general (ése que daba igual hace dos días cuando quería ganar). Movistar lanzando a Valverde ante un posterior ataque de Quintana que nunca llegó. Purito, sin equipo, demarrando a final de puerto consiguiendo descolgar brevemente a Kreuziger sin más continuidad.
Todo leve, muy superficial. Todo posturno ciclista. Hoy el temible Annecy-Semnoz decidirá el podio de París. Sus rampas estaban en la cabeza de unos ciclistas que miran más por lo que pueden perder que lo que pueden ganar.Había fuerzas para algo más, seguro.
¡Ah! ¿Y Froome? Sufriendo en el único acelerón del día. Ay, si los directores menearan antes el manzano para que caigan las frutas maduras... En fin, a ver quién hace mejor los deberes el último día.

Querer no es poder

Nos hemos empachado de escuchar a Contador y su eslogan “querer es poder”. Lo siento, amigo, pero no. Más bien, querer para la foto y de poder ni hablamos.
El pinteño prometía espectáculo para Alpe d’Huez, pero la fuerza demarró por su boca. La estrategia de Riis para hacernos soñar con Alberto de amarillo la podría haber firmado el mismísimo general Dupont en Bailén.
Quedó claro a los 10 kilómetros que Froome se podía quedar sin equipo a las primeras de cambio. Además, era factible colapsarlo, pues salía a todos los ataques. El director de Saxo mandó como avanzadilla a Paulinho y Roche. Resultado nulo, porque en el temido descenso de Sarenne, Contador y Kreuziger se lanzaron sin los dos primeros como enlace en lo que era, por lo tanto, una empresa suicida. Lo pagaron y, posiblemente, con impuestos en París.
Froome, inmerso en su inesperada pájara, metió casi un minuto más al segundo, que no es otro (aún) que Contador. Salvación para a la afición española es la presencia de Purito y Quintana, que es como nuestro. Amén de lo que pueda hacer Valverde en las dos jornadas alpinas que restan. En cualquier caso, el catalán y el colombiano, con menos habladurías y más pedaladas, atrancaron el molinillo del maillot amarillo. Admirables en un escenario perfecto de ciclismo.

Valverde: "He marcado todas las etapas porque voy a por el Tour"

Alejandro Valverde (Las Lumbreras de Monteagudo, 1980) es de esos ciclistas que aseguran tener al menos un podio del Tour de Francia en las piernas. Las condiciones las posee, pero contratiempos más o menos puntuales en una prueba que exige una regularidad superlativa le han apartado de su sueño.
Tímido con los pies en el suelo y letal sobre los pedales, el murciano acude a una Grande Boucle centenaria sin otros miramientos que el cajón de París. A sus 33 años no puede permitirse el lujo de convivir cara a cara con la mala suerte, como él mismo cuenta a PUNTOPELOTA.ES y a ÚLTIMO KILÓMETRO. Este sábado echa a rodar la prestigiosa carrera con el único objetivo de deparar a la afición 21 jornadas de sensaciones encontradas. El líder del Movistar Team será protagonista.
-Ha transcurrido media temporada y la salida en Córcega está a la vuelta de la esquina. ¿Cuál es su valoración a estos seis meses de trabajo y competición?
-Estoy muy contento hasta ahora. Planificamos el año empezando tranquilos, con poco desgaste tanto de carreras como de viajes para llegar frescos al Tour. Lo que pasa es que soy un corredor al que no le hace falta mucho para coger la forma y tuve la suerte de conseguir victorias desde el principio. Todo ha ido bien porque, salvo la caída de la Volta a Catalunya, no he tenido problemas y he podido seguir el plan previsto.
-Ese plan es pasado y llega la hora de la verdad. ¿Qué opina sobre el trazado de este Tour?"Las caídas de la primera semana no están en los perfiles y son lo más importante"
-Es similar al de las últimas temporadas. Con la crono por equipos, las dos individuales (la segunda bastante exigente) y la montaña en la línea de estos años, pero con la semana final en los Alpes muy, muy dura.
-Hay algo que año a año no cambiar: el miedo a las caídas la primera semana.
-El Tour ya todos lo conocemos y no suele haber muchas sorpresas. La primera semana es muy importante y no sale en los perfiles. Todos sabemos el peligro que tiene por la tensión, las caídas… Es clave poder pasarla sin problemas.
-Por lo tanto, ¿qué es lo que más temor le da en la carrera?
-La primera semana.
-Hablemos de lo positivo. ¿Qué es lo que más le gusta del recorrido?
-Me gusta que es un Tour muy equilibrado y eso me va bien, pero sobre todo que no hay uno o varios días que vea desfavorables para mí. "Es un Tour equilibrado y me va bien. No hay días desfavorables"
-¿Hay alguna etapa que tenga ya marcada en el calendario?
-No, la verdad es que no. Este año la idea es pelear por la general y para eso hay que tener marcados todos los días.
-Para lograr dicho objetivo, ¿ha hecho algún entrenamiento especial con vistas a este Tour?
-No, especial no. Sí que estuve viendo las etapas de Pirineos con Nairo (Quintana) pero los entrenamientos son parecidos a otras veces. Lo único ha sido la crono por equipos, que sí la hemos ensayado en dos ocasiones, en Navarra ,en el Circuito de Los Arcos, y luego en la concentración de Almería. Además, en la contrarreloj de los Campeonatos de España probé la bici de crono para el Tour, en la que hemos hecho algunos cambios aerodinámicos.

-Desde que explotó como ciclista, fue una de las grandes esperanzas de España para ganar o estar en el podio. ¿Qué le falta para no haberlo conseguido?
-Creo que he tenido mala suerte, sobre todo en la primera semana. En los Tour en los que podía haber estado delante, siempre he tenido mala suerte con las caídas. Sé que los primeros días son fundamentales por el peligro que hay. En esta carrera tienes que estar todos los días en cabeza, no puedes descuidarte un instante. Yo soy el primero que me echo la culpa por no haber corrido más adelante o por haber estado más atento. "Soy el primero en culparme de no haber estado más atento otros años"
-Para combatir ese mal fario del que habla, ¿lleva algún amuleto?
-Sí, algunas pulseras. Tampoco mucho más.
-El año pasado reaparecía en el Tour tras la sanción. ¿Qué diferencia de sensaciones hay entre los días previos del año pasado y los de éste?
-El año pasado era la primera gran vuelta que hacía después de más de dos años. Había hecho una buena primera mitad de temporada, pero sabía que una carrera de tres semanas es diferente. Tenía dudas de cómo iba  a aguantarla. Me faltó suerte en la primera semana, pero afortunadamente acabé muy bien y gané la última etapa de montaña. Luego vino la Vuelta y este año ya no tengo esas dudas. Ya sé que en las vueltas de tres semanas soy el mismo o mejor que antes del parón.
-Haga de periodista. ¿Cuál es su titular soñado?
-’Valverde sube al podio del Tour’.
-¿Quiénes serán los máximos rivales? Y de ellos, ¿quién el más fuerte?
-Sobre todo Froome, que está demostrando hasta el momento estar un punto por encima del resto. Luego, los de siempre: Contador, Purito, Evans, Van den Broeck, Van Garderen…

-Andy Schleck estaba llamado a pelear por el la ‘Grande Boucle’ año tras año. ¿Qué se opina dentro del pelotón sobre el via crucis que está atravesando desde hace un año?
-No se habla mucho. Lo estará pasando mal, porque no es normal verle ahí cuando ha estado siempre delante. En Suiza ya estuvo delante y espero que sea el principio de su recuperación.
-Parece que Sky es el ‘súperequipo’. ¿Qué tiene que envidiar el Movistar Team?
-Nada. Yo no cambio este equipo por ningún otro. Está claro que son un equipazo y que están dominando casi todas las carreras, pero nosotros también somos un bloque muy potente y lo estamos demostrando. "Froome está un punto por encima del resto de favoritos"
-¿Quién será su hombre de mayor confianza?
-Lo bueno de este equipo es que no tienes un ciclista de confianza, como otros jefes de fila tienen en otros equipos, donde siempre hay un corredor con él, pero el resto no está tan unido. Aquí es distinto. Yo confío en todos porque sé que se van a volcar conmigo y lo demuestran siempre. Eso es lo que diferencia a este equipo.
-¿Qué objetivo tiene después del Tour?
-De momento estoy centrado en el Tour. Veremos cómo acabo y entonces decidiremos qué hacer con la Vuelta y con el Mundial, que es un objetivo que también me hace mucha ilusión este año.

Froome, esa pesadilla para Contador

Que dice Chris Froome que espera "llegar al Tour en mejor forma todavía". Y lo suelta silbando, sin ningún tipo de compasión hacia sus rivales después de arrasar en el Dauphiné-Libéré. Todos miramos a Alberto Contador.
Si yo fuera Contador, el gran rival del británico para el Tour de Francia, estaría cuanto menos con una cierta congoja en el cuerpo. Sobre todo, porque poco o nada se sabe de los límites de este africano de formación y británico de bandera. De la cima del pinteño sí que tenemos conocimiento. Pese a todo, el nuestro dice que está tranquilo. Menos mal que la Grande Boucle es única y poco o nada vale lo que se ha ganado en lo que va de temporada...
Insisto, si yo me transformara por arte de magia en Contador no las tendría todas conmigo. Sobre todo en un aspecto claro: la contrarreloj. Y no sólo por los 2:44 que le metió en la crono del Dauphiné. ¿Recordáis la última buena prueba de Alberto en esta modalidad? Se podría decir que en la Vuelta a España 2012. En la contrarreloj de Pontevedra acabó segundo y aventajó en 12 segundos a un Froome que pagó caro su esfuerzo en el Tour de Francia. Cabe recordar que en aquel recorrido había un puerto de tercera por medio. Por cierto, mejor olvidar la del Mundial.
En cualquier caso, Contador tiene mucho que mejorar en la lucha contra el reloj. Bien es verdad que el jefe de filas del Saxo-Tinkoff tiene facilidad para coger el ritmo de competición. Porque, según él, al Dauphiné llegó corto de forma y las alergias le afectaron. Lógicamente, Froome también ocultó sus cartas al asegurar esa frase de inicio del texto: “Espero llegar al Tour en mejor forma todavía”. Ahora, varios días después, admite que “está nervioso, pero confiado”. Si ahora me tocara ser Froome, estaría dando palmas. Es lo que hay.
Va a tener el espigado británico un factor que le va a venir bastante bien: la baja de Bradley Wiggins. Recuerdo cuando éste, con el maillot amarillo enfundado, prometía a Chris que en 2013 le ayudaría. Meses después fue reculando. Sin embargo, no estará en la Grande Boucle y para Froome eso es sinónimo de tranquilidad. Sí le acompañará su guardia pretoriana del super Team Sky. Puede dar gracias Contador de que primera vez en varios años parte con un buen equipo de gregarios. Buenas actuaciones de Kreuziger, Roche, Rogers e, incluso, Jesús Hernández. ¿Qué significa esto? Que si hay valentía, la batalla en la montaña puede ser una epopeya... veremos para cuál de los dos grandes ciclistas.
Pero que no os cieguen. Contador y Froome representan el gran cara a cara para este Tour centenario, sí. Pero hay vida y ciclismo más allá de ellos dos. Y, sobre todo, más españoles con gran calidad en sus piernas y muchas ganas de triunfo en tierras galas. El 29 de junio y Córcega están más cerca.