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jueves, 26 de diciembre de 2013

Memorias de África

No hay nada de sorpresa en cada imagen de Froome arropado por el amarillo y París a sus pies. Una bicicleta de montaña y los senderos de Kenia fueron los primeros trazos en su carrera.
Allí nació y creció este británico de bandera y africano de corazón. El espigado ciclista abre una puerta a la llamada globalización del ciclismo.Su triunfo, una motivación para los africanos. Así lo quiere Chris, quien corrió su primera 'Grande Boucle' en 2006 bajo la bandera keniata. El primero en hacerlo.
Tipo peculiar. Froome llegó por sorpresa a la élite del ciclismo, casi tan rápido como las veces que ha huido de ataques de hipopótamos mientras pesca en el lago Magadi. Que el todopoderoso Sky se fijara en él no fue casual. Su buena aptitud como rodador llamó la atención. Ha respondido con creces.
Despuntó en la Vuelta 2011, donde pudo campeonar si no hubiera sido por Wiggins. Misma historia en el pasado Tour. Ahora, por fin su turno. Justísimo ganador: cinco minutos de ventaja sobre Quintana (no vale descontar lo perdido en los Campos Elíseos). Y eso que malgastó fuerzas saliendo a todos y cada uno de los ataques de sus rivales. A punto de colapsar. Pero nadie puede reprochar su valentía. Pocos conocen su secreto: su delgadez. Para ello se acuesta todas las noches con hambre.Así, el sufrimiento encontró tesoro en París. Bravo

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