Último Kilómetro en el idioma que tú quieras

jueves, 14 de febrero de 2013

¿Por qué el ciclismo está sucio?

“Todos los ciclistas se dopan” o “el ciclismo está podrido” son dos de las oraciones más espetadas por la sociedad, al menos española, sobre el deporte del pedal. Pero, ¿por qué se ha llegado a esta situación? El ciclismo se ha confundido en muchos de los pasos que ha dado, pero vayamos por partes. 

Y la primera es definir dopaje. Si nos ceñimos a la RAE, sería “acción y efecto de administrar fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento del organismo con fines competitivos”. No obstante, es posible consumir fármacos o sustancias estimulantes sin dar positivo debido a los límites que con muchos productos se establecen. Por esto, vamos a partir de la base en este post de que dopaje es única y exclusivamente saltarse las normas establecidas por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que para algo la financian los gobiernos.

Verdades a medias, la peor mentira


Vestido con camisa, con vaqueros y sin corbata. Imagen de normalidad, un forma de restar importancia a todo esto. Para Lance Armstrong no la tenía más allá de su interés por salvar su futuro. "¿Alguna vez tomó sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento sobre la bicicleta?". "Sí". "¿En su opinión, era humanamente posible para ganar el Tour de Francia siete veces seguidas ?". "No, en mi opinión".
Eran las primeras preguntas y respuesta de la famosa entrevista. Los que se regodean a cada instante de que "todos los ciclistas van dopados" se echaban las manos a la cabeza (y eso que ellos lo sabían ya desde hacía tiempo). Los que aman el ciclismo, esperaban con ansia y sin pestañear unas novedades que finalmente no hubo. Nada nuevo más allá de la propia confesión. Sólo una opinión generalizada: Amrstrong no está arrepentido, ni mucho menos. Sólo acorralado.