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jueves, 19 de abril de 2012

David Etxebarria: "En la Titan Desert seguiré las marcas del suelo, así no me perderé"

David Etxebarria entrenándose para el reto.
LUIS VALLADARES / @LValladaresG
Titanes sobre pedales. Gotas de sudor que recorren las caras de héroes en bicicleta que caen directamente a la arena del desierto. Mucho calor. El Sáhara marroquí como escenario para escribir líneas de épica a golpe de riñón. 407 valientes recorriendo 680 kilómetros entre el 29 de abril y el 4 de mayo. Entre ellos habrá un debutante de renombre. David Etxebarria dejará al margen su pasado de rueda fin sobre asfalto para regresar a la competición tratando que las cubiertas anchas sobrevivan a las dunas. El ciclista vizcaíno contó a ÚLTIMO KILÓMETRO cómo asumió el reto de tratar de tú a tú a la carrera más dura del mundo: la Milenio Titan Desert.

Echemos la vista atrás. David ya tenía entre ceja y ceja esta prueba desde hacía tiempo. "Seguía la carrera por resúmenes y comentándolo con amigos. Realmente, lo fácil hubiera sido ir después de colgar la bicicleta (2006), pero en aquél momento no tenía mucha ganas de competir en nada", recuerda el corredor vasco entre risas. "Ahora me atrae todo, el calor, la arena, la BTT... Todo nuevo, todo por descubrir. No tengo ningún miedo", añade.


Pero, ¿cómo surge la posibilidad de participar en ella? "En una conversación con Marcos Serrano en una cena del equipo ONCE. Le digo que me gustaría hacerla, que me contara sobre ella. En la conversación se metió Rafa Díaz Justo, el perejil de todas las salsas, y días después él contactó con Roberto Heras por otro tema, pero le comentó que yo quería ir. Ahí comenzó todo". 

Heras, en el desierto.
Roberto también puso rumbo al desierto cuando colgó 'la flaca'. No le ha ido nada mal. Tres victorias entre las dunas y la arena le avalan. "Hablo con él cada 10 días, más o menos". El de Béjar, curtido ya, aconseja al que fuera compañero en su época de profesionales. "Me dice que esté tranquilo, poco más...". David, lejos de lo que pudiera invitar la Titan Desert, no se ha perdido en cábalas y distracciones. "Ya te he dicho que esto consiste en dar pedales, así que lo que me enseñe Roberto que sea in situ", verbaliza.

Heras y Etxebarria compartirán equipo, el GAES. Ambos formarán parte del Equipo Élite 1, junto a Raúl Hernández, que ya cuenta con experiencia. "No me han exigido nada, y eso es de agradecer. Yo aportaré lo máximo que pueda dentro de mis nuevos limites. Veremos", espeta David. En lo personal, "mis aspiraciones son conocer la carrera por dentro, convivir con todos los participantes, disfrutar del desierto y sufrir, que no es poco".

La verdad es que le ilusiona este reto. "Es algo diferente a lo que yo ya he hecho. Es en lo que me fijo más ahora. Luego, quisiera hacer una maratón, subir el Aconcagua... Cosas así", expresa valiente. Aventuras en la mente del vasco, que en su casa se "tomaban a broma al principio. No creían -continúa el ciclista- que iría a la Titan ni que me pondría otra vez a andar en bici habitualmente. Luego se mostraron más curiosos y ahora se les ve preocupados porque ven que la cosa se acerca y que de broma nada", asegura con una pequeña carcajada después. "En el fondo supongo que confiarán en el raciocinio mío, que algo queda; no mucho, pero algo sí", continúa chasqueando.

Todo tipo de condiciones en la Titan.
Pero pongámonos un poco más serios, porque al desierto no se va sin preparación. "Básicamente, lo importante es ir bastante bien de peso, o sea, quitar algún kilo que sobraba. Y como para eso lo mejor es andar en bici, pues horas de bici", señala. "He empleado unos tres meses de entreno. El primero de ellos para conseguir hacer tres horas a diario; el segundo para pasar a cuatro habitualmente; y el tercero para alguna serie, pero el tiempo tampoco ha ayudado mucho, así que como que no me ha dado mucho tiempo en hacerlas", vuelve a reír para acabar soltando un: ·"Porque mojarme como que ya no". Más risas.

Humor cuando se habla de la lluvia bajo techo. "La climatología no ha ayudado en exceso. Esta Euskadi Tropikal es bonita, pero jodida para ser ciclista. Llevo unas tres semanas de retraso, pero, dentro de lo que cabe, es suficiente como para, por lo menos, poder sufrir, que ya es mucho". Cierto es que el Sáhara no es, como David dice, esa Euskadi Tropikal"Lo que más me preocupa es cómo soportar esos calores. Nunca fui un corredor que le gustara mucho el calor. Era animal más de agua. Será bonito encontrar un nuevo límite". Pero hasta entonces, se entrena por las carreteras de Vizcaya.

A sus 38 años, permanece sereno. Mil batallas a sus espaldas. "¿Nervios? Ninguno. Desaparecieron en juveniles -vuelve a espetar con una sonrisa-. Una vez los tube en pro y un compañero me dijo: '¿Qué te puede pasar? Lo normal es que no ganes, así que...'. Y tenía razón. Hay que simplificar las cosas. Se vive mejor".

Máximo esfuerzo en el Sáhara.
Con esa filosofía, David se subirá a una BTT. Pese a no estar acostumbrado a este modelo, no le preocupa. "No sé que cambio puede suponer este cambio en seis días de carrera. Lo que más he estado haciendo es carretera, así que voy un poco a ciegas. El primer día iré a ver qué pasa, pero el fin consiste en lo mismo que antes: da pedales. Es algo que ya sé", comenta sin borrar el gesto de alegría.

Estando superado el problema del cambio de bicicleta, la mayor preocupación radica "sin lugar a dudas en el calor, el GPS". Pero lo cierto es que David ya ha dibujado una estrategia: "Yo iré por lo marcado, que es más sencillo y no te pierdes", bromea. Cabe destacar que sus años en el profesionalismo serán un factor a su favor. "Conozco los límites de mi cuerpo y sabré dosificar. Sabré por qué es cada dolor de piernas y sabré aguantarlo".

Pedaladas y más pedaladas."No suelo llevar ni amuletos ni cosas que den suerte. Creo más en la mala suerte que en la buena, así que mejor no mentarla", se sonríe David antes de despedirse: "Nos vemos a la vuelta". Serán muchas las batallas que tenga que contarnos.

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