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viernes, 9 de noviembre de 2012

Sí, el ciclismo también tiene valores

LUIS VALLADARES / @LValladaresG [Puntopelota.es 2/11/2012]
Cuando se disputó el Tour de Francia de 1949 el ciclismo aún era en blanco y negro. Fotografías granuladas de ciclistas llenaban los periódicos. Pese a la ausencia de color, los gestos de esfuerzo y de sufrimiento eran impactantes. Pero nunca lo fueron tanto como una imagen de la que aún se habla en cada rincón del planeta. Gino Bartali y Fausto Coppi, italianos ambos, mantenían una fuerte rivalidad aquellos años. A Italia la tenían dividida. O uno u otro. Los dos no entraban en el corazón de los seguidores. Perro viejo este Bartali y joven voraz Coppi.
Coppi, por delante, entrega su bidón a Bartali.



Recuerdo: Tour de 1949. El calor ahogaba en aquella tarde de julio. Bartali (‘Il Vecchio’) y Coppi (‘Il Campionissimo’) ascendían el Aubisque en solitario, delante del resto. El silencio sólo se rompía por el fuerte bombeo de sus corazones. Padecimiento tan infinito como las rampas del puerto pirenaico. Coppi, ya vestido de amarillo, buscaba la sentencia de aquella ‘Grande Boucle’. Parecía sobrado. Gino, por su parte, se retorcía sobre la bicicleta esperando la estocada definitiva de su gran rival. Quizá por eso pedaleaba cerrando los ojos. Una vez los abrió y vio a Fausto beber de su bidón. La garganta se le secó aún más. Bartali ya no tenía agua. “Toma, aún queda”. Esa frase no fue fruto de la imaginación. ‘Il Campionissimo’ se había girado a ofrecerle un líquido que era más elemental que nunca. Esta imagen es una de las más recordadas de la historia del ciclismo. 

El ciclismo es compañerismo, para empezar. Si no lo hubiera, ¿cómo iban a existir esos gregarios? Esos corredores que se dejan la piel para que sus jefes de filas se lleven la gloria. Algunos de ellos no se llevan ni su minuto de protagonismo en televisión, pues cuando las cadenas conectan a mitad de etapa ya están lejos de la cabeza. Han trabajado a destajo al principio. Recuerdo una frase de Txente García Acosta: “Si volviera a nacer, sería ciclista y gregario”. Siempre agradecidos. Lástima que la Unión Ciclista Internacional (UCI) les deje en el olvido con su injusto sistema de puntos, el mismo que está ahogando a muchos equipos.

Contador hace una reverencia a Purito. / EFE
Resulta curioso a más de uno y de dos saber que ciclistas de diferentes conjuntos entrenan juntos habitualmente. La amistad es algo común en el pelotón. Por eso, la imagen de Coppi y Bartali no es casualidad. A día de hoy, podemos recordar como Paolo Tiralongo, del Astana, llevaba un bidón del Saxo Bank de Alberto Contador durante la ya mítica etapa de Fuente Dé de la Vuelta a España de este año. La pena es que esta amistad y compañerismo no se extrapole a la hora de luchar contra los sinsentidos de la UCI. El miedo, de momento, gana.

El ciclismo es nobleza. No es habitual ver en este deporte enormes egos. Las estrellas quieren ganar, obvio, pero saben dónde están. En el Sky se hablaba de que la coincidencia de Bradley Wiggins y Mark Cavendish era una bomba de relojería. Pues bien. En el Tour 2012 hemos podido ver al segundo, con el maillot de campeón del mundo enfundado, trabajar al inicio de algunas etapas de montaña. También, disfrutar con el propio Wiggins, vestido de amarillo, lanzando en un 'sprint' a Cavendish. Aquí también hay humildad y señorío. Valores en definitiva, oiga.

Esta entrada viene a que escucho en los últimos tiempos a varias personas del fútbol hablando de valores. Que si este equipo los tiene y el otro no. Que si lo tienen todos. Se les llena la boca contagiando al aficionado de a pie. Lo siento, por un día se me llena a mí ensalzando los valores del deporte de los pedales. Porque el ciclismo no es sólo sospechas y escarnio público. No.

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