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jueves, 1 de noviembre de 2012

Adiós, promesas, adiós

LUIS VALLADARES / @LValladaresG [Puntopelota.es 28/10/2012]
Carlos Verona. Copien, impriman, memoricen (lo que quieran) este nombre. Es la perla del ciclismo español. El referente de la próxima generación de este deporte. Este madrileño dio el salto al profesionalismo con tan sólo 18 años. Más precoz imposible. Ahora, a punto de soplar 20 velas, ha fichado por un equipo UCI World Tour (Primera División, para que me entiendan). El Omega Pharma-Quick Step se hecho con sus servicios.¿Qué significa esto? Que nuestro diamante en bruto más valioso despuntará, a priori, en un equipo belga.
Carlos Verona, de 19 años, fichaje del Omega Pharma.
No tengo nada en contra de la escuadra flamenca, ni mucho menos. Pero me da pena que el corredor a seguir, en el que depositar todas las esperanzas, se curta fuera de nuestro país. Y no sólo Verona, también David de la Cruz, contratado hace unas semanas por el equipo alemán NetApp-Enduro, o Jesús Ezquerra, en el Leopard-Trek.
Lo más triste de todo es que nos tenemos que alegrar de que salgan fuera de España a formarse, pues las oportunidades en nuestro país bien podrían definirse como escasas. Sólo el Movistar Team habita en la máxima categoría con solvencia. Tienen jóvenes, pero obiamente no pueden acoger a todos. Euskaltel-Euskadi, el otro equipo UCI World Tour español, sobrevive con malabarismos, con regulares garantía de futuro.

Sin grandes equipos en nuestro país, como en los 90, el futuro del ciclismo español se complica. La crisis económica afecta a la hora de conseguir patrocinadores, es lógico. Pero no es la excusa definitiva. Afecta mucho más a la base (superlativo problema). Desde 2006, año de la Operación Puerto, el número de equipos españoles ha caído en picado. De la nueva generación depende que el ciclismo en España tenga credibilidad (el verdadero obstáculo) de nuevo. Pese a esto, hay que cuidarla.

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