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jueves, 6 de junio de 2013

Ciclismo 2.0, de verdad

Cuando publico en Puntopelota.es un vídeo o una noticia de ciclismo leo cómo gran parte de los comentarios son hablando de dopaje, aunque el contenido nada tenga que ver con el tema.

Es el fiel reflejo de la reacción de parte importante de la sociedad española (no hablo sólo de aficionados) ante este deporte. Pese a estar el 2013, en pleno desarrollo de la globalización en materia de comunicación,numerosos equipos, ciclistas e incluso organizadores de carreras no utilizan las redes sociales de tal manera que cambien la manchada imagen del ciclismo.

Un ejemplo de buen uso, que por desgracia no es lo habitual, es el trabajo de RSC Sport, la empresa organizadora en materia de ciclismo (también lleva fútbol y baloncesto) de carreras como el Giro de Italia, la Milán-San Remo, la Tirreno-Adriático o la Strade Bianche. Respecto a la 'corsa rosa', la comunicación es sencillamente brutal. La carrera está presente en las redes sociales los 365 días del año. Vídeos espectaculares cuidados al detalle; campañas como 'La lucha por el rosa', 'Memorias del Giro' o 'La maglia, el sueño de cada ciclista'; juegos en Facebook como '¿Puedes reconocer aquella etapa?' son sólo alguna de las acciones que han conseguido que la prueba transalpina esté en el día a día del público, aficionado o no. Esto ha derivado en que el Giro presenta una imagen moderna a través de contenidos muy atractivos para el gran público y que ayudan a limpiar la imagen de este deporte. ¿En qué gran carrera el público puede elegir la etapa reina? En el Tour de Francia o la Vuelta a España no.

La ronda gala y española, sobre todo ésta, van muy por detrás de la carrera italiana. ASO, es la organizadora de las dos primeras (en el caso de la Vuelta, compartido con Unipublic). En el caso de la carrera española, más necesitada de público que la francesa, el uso de las redes sociales es bastante pobre. Apenas se basa en la presentación de la siguiente edición, durante los días de competición y pocos detalles más. Respecto al Tour de Francia, su actividad es algo más constante. Sin embargo, no busca (o no encuentra) el 'feedback' del público como el Giro de Italia.
En el apartado de equipos, la historia es más o menos parecida. Pocos son los equipos que utilizan las redes sociales para mostrar al aficionado la otra cara del ciclismo. La sección en YouTube 'Back Stage' del Orica-GreenEDGE es uno de los pocos ejemplos. En 2013, el Cannondale (antiguo Liquigas) ha apostado fuerte por clips anecdóticos aprovechando la imagen en alza de Peter Sagan y presentaciones en calidad cine. El Sky Team o el Omega Pharma-Quick Step son dos conjuntos que comienzan a apostar por este desarrollo. Los segundos, han introducido en el maillot la cuenta de Twitter de sus ciclistas. Muchos otros equipos se limitan a mostrar la participación de sus ciclistas, algo que a día de hoy sabe a poco. El ciclismo necesita que se vuelva a creer en él y para ello debe ofrecer contenido que sea valor añadido y que enganche a las personas para que a la hora de las carreras se vuelque con su equipo o ciclista preferido.
En las estructuras de España, el Movistar Team utiliza Twitter, Facebook y una web atractiva para fidelizar seguidores mediante concursos. Por el contrario, su canal de Youtube carece de los vídeos tipo Orica o Cannondale. Por su parte, el Euskaltel-Euskadi representa a los conjuntos que descuidan sus redes sociales, algo que lleva más tiempo que recursos. Mensaje también para las federaciones (la española ha estrenado Twitter hace escasos meses). Aunque es verdad que la UCI ha dado un paso adelante en un sentido: los mundiales de cada modalidad son emitidos 'online' en directo allí donde los canales de televisión no ha contratado los derechos de los mismos.

Los grandes protagonistas también pueden poner su granito de arena en esta empresa de ayuda al ciclismo. En este grupo existe tanta variedad como deportistas. El ciclista Adam Hansen, del Lotto-Belisol, realizó una campaña de imágenes curiosas durante la concentración de su equipo en España. Se trata de una buena manera de llamar la atención de potenciales admiradores del ciclismo. Un deportista activo en las redes sociales es sinónimo, salvo casos extremos, de imagen positiva.
Los seguidores del deporte en general suelen desconocer lo que hay más allá de la emisión de las carreras. ¿Qué pasa antes y después de cada etapa? ¿Y durante esos periodos de inactividad en competición? Intervalos de tiempo oscuro que podrían aclararse si los grandes protagonistas de este deporte mostraran de manera más o menos divertida y/o didáctica, por ejemplo, sus entrenamientos. Transparencia. Todo suma en comunicación, menos la incomunicación. Por esto, hace falta un ciclismo 2.0, pero de verdad. Y concluyo con una explicación, con este post no quiero decir que el dopaje debe desplazarse u ocultarse, con esto simplemente he querido exponer 'grosso modo' que se puede hacer que se hable de ciclismo cuando el contenido en cuestión sea ciclismo.

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