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miércoles, 24 de agosto de 2011

Sierra Nevada arrebata media Vuelta a Igor Antón

El sufrimiento de Antón. / Reuters
Sierra Nevada, primer final en alto y primera cima donde la Vuelta se podía perder y jamás ganarla. Igor Antón (Euskaltel) se apuntó a la premisa negativa. Dio muestras de debilidad el día anterior en Totana (Murcia), y lo confirmó ayer: 1:27 se dejó en la meta respecto a los favoritos y 1:51 le separa de Vincenzo Nibali (Liquigas), en una general que comanda ahora Sylvain Chavanel (Quick Step).

    La etapa fue para Dani Moreno (Katusha), que se aprovechó el trabajo  -sí, chupando rueda- de Chris Sorensen (Saxo Bank) en los últimos kilómetros para imponerse en el sprint. Ambos saltaron en la parte final de la tendida y poco dura de Sierra Nevada. No quiso llevar la organización la meta más arriba.


    Volviendo al malo momento de Igor Antón, ése pudo ser peor. Fue empinarse la carretera a 23 kilómetros de meta e irse a cola de pelotón. Mal rostro para el del Euskaltel y mala posición sobre la bicicleta. Menos mal que sus compañeros Txurruka y Verdugo estaban con el cada vez que hacía la goma. Quizá el intensísimo calor afectara a este gallo. "No me encontraba bien y el objetivo era perder lo mínimo", manifestó el vizcaíno después.

Chavanel / Reuters
Dani Moreno. / Reuters
 Dentro de lo malo, suerte tuvo. El resto de favoritos no se atrevió a ponerle la puntilla desde el mismo instante en el que Antón se fue a cola. Un simple ritmo intenso hubiera con él definitivamente. Lo han dejado aún vivo,. Con pocas opciones, pero con pulso. Hasta que no se pasó la pancarta de 7 kilómetros no hubo un movimiento serio, el único. Nibali, que poco antes había puesto a tirar a sus hombres cambió el ritmo dando comienzo a la odisea de Igor. Fue sólo una prueba, sin más consecuencias. El gesto suficiente de que el Squalo demostrara a los demás que viene a tope. Gesto que vale para que hoy Antón no sea el mejor colocado en las quinielas para ganar en Valdepeñas de Jaén, donde sí lo hizo en 2010.
No pudo haber victoria para Tondo. / Reuters

    Y mientras todo esto ocurría, por detrás, Pablo Lastras guardaba fuerzas y entregaba el maillot rojo a Chavanel. Sierra Nevada es un lugar especial para el Movistar. Lástima que sea así por el infausto recuerdo de la muerte de Xavi Tondo. Ninguno de sus compañeros, sobre todo Beñat Intxausti, pudo homenajearlo con otra victoria de etapa. Lo harán hoy en la salida, porque la sonrisa de Xavi es imborrable.

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