Campanada de Sutton. / AFP |
Un simple repecho de 300 metros en el último kilómetro sirve para que el final se convierta en un auténtico desconcierto. Que se lo digan a Mark Cavendish. El rey de la velocidad no entró ni en escena, pese al trabajo –baldío– de sus hombres en los últimos compases de la etapa. Y es que cuando se preparaba el desenlace, Fabian Cancellara –cómo no– aprovechó que el asfalto se empinaba para sembrar el caos y el desorden. Tom Boonen no se quedó corto en su ritmo en busca de la sorpresa. Pero los que sí dieron la campanada fueron Vicente Reynés y Chris Sutton. Obtuvieron unos metros de ventaja con la meta a la vista e hicieron dudar a los que venían por detrás. Finalmente, el ciclista australiano del Sky se impuso al español del Omega Pharma y se apuntó, sin estar en las quinielas, la victoria de etapa.
Bennati, líder. / Reuters |
En este final atípico de Playas de Orihuela dejó un cambio del líder, aunque el maillot rojo se quedara en casa –en la del Leopard, concretamente–. Daniele Bennati recoge el primer puesto que el sábado consiguió Jakob Fuglsang. “Confiaba en vestirme de rojo”, señaló ya en meta el sprinter italiano.
Calor sofocante
La etapa se desarrolló conforme al guión previsto, aunque con protagonistas inesperados. Lo más duro fue el sofocante calor que acompañó al pelotón y que, junto al viento, dificultó a los cuatro fugados del día tener opciones de llegada a meta.
Igualmente, para hoy los velocistas puros no lo tendrán fácil. El alto de la Santa, de tercera categoría pero con rampas del 8% y carretera estrecha, a 13 kilómetros del final pondrá en jaque a más de uno. Se podrá ver un nuevo final abierto en las calles de Totana (Murcia).
Texto escrito por Luis Valladares y publicado en LA GACETA (Intereconomía) el 22 de agosto de 2011.
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