Último Kilómetro en el idioma que tú quieras

sábado, 2 de julio de 2011

De vez en cuando la vida nos besa en la boca

SILVIA TIRADO.
Quiero comenzar mencionando la frase que durante las últimas semanas me acompaña, día tras día y hora tras hora. Recuerdo que la leí en la página web de la actriz Ana Milán. Ella decía, haciendo referencia a la canción, de Serrat 'De vez en cuando la vida nos besa en la boca' (obligatorio escucharla mientras se leen estas palabras) que “a Dios, de vez en cuando, se le cuela un milagro entre los dedos y nos cae encima y si somos listos lo hacemos nuestro”. Pues bien, a mi Dios particular se le ha colado y ahí estaba yo para cogerlo y llevármelo sin que nadie me viera.

Hace una semana que se celebró el Campeonato de España, han sido muchas las reflexiones y las preguntas. Ahora me remonto a cuando alguien me lanzó una pista sobre dónde se iban a celebrar los Campeonatos, la alegría y la incógnita se unían en el año que había decidido empezar un nuevo reto, la carrera de Periodismo. Pero el sacrificio y el creer en mí, me han llevado hasta la medalla de bronce.


Con el bronce de Castellón
El mes de mayo lo recordaré durante mucho tiempo, los exámenes finales y los entrenamientos para preparar la cita, hicieron que viviera la angustia, los nervios y la satisfacción. Recordaré mi viaje a Murcia para la Copa de España, entré en la fuga buena de la jornada y no arriesgué en el sprint porque al día siguiente tenía un examen de Derecho para Comunicadores, que era lo que realmente me importaba en ese momento.

A falta de quince días para los Campeonatos, cuando acabé los exámenes, me fui a Ejulve (Teruel) para aislarme y poder entrenar con precisión, con la compañía de mi primo Dani y mi amigo Gabriel. Se encargaron de animarme y hacerme ver que si quería podía lograrlo. A menos de una semana para el inicio tenía muy buenas sensaciones, estaba contenta por el trabajo realizado.

Llega el día de la crono y a pesar que no iba a disputarla, mis sensaciones no fueron las mejores. Sin tiempo de pensar, cambié el chip y me centré en la ruta, donde tenía gran ilusión por hacerlo lo mejor posible. Cuando reconocí el circuito supe que podía dar la sorpresa, con el calor y el viento como invitados principales, dos personajes que me acompañan diariamente por mis entrenamientos. La noche anterior dormí muy tranquila y a la mañana siguiente salí a rodar para después comer y preparar el armamento para la guerra.

En pleno Campeonato
A falta de una hora seguía sin estar nerviosa, quizá esa tranquilidad fue la que me llevó a ser inteligente y tener una gran visión de carrera. De pronto, a mitad de la prueba  me encuentro siendo cabeza de carrera junto cuatro compañeras más. El entendimiento entre nosotras fue clave, pero a falta de cuatro kilómetros éramos solo tres las que quedamos delante. En ese momento, empiezan las preguntas ¿Ataco antes de meta? ¿Espero al sprint? ¿Qué rueda sigo? ¿Lanzo yo el sprint? Pero cuando me di cuenta ya estaba todo lanzado y llegué tercera. Momento de duda nada más pisar la raya, pero rápidamente me doy cuenta de lo que he conseguido, un bronce. La felicidad inunda mi cuerpo y el de todos mis familiares y amigos que fueron a verme. El podium es el acto más encantador de toda la carrera, el momento de los aplausos que te llenan de alegría y emoción. No hubo mayor celebración, cena con mis familiares más cercanos y muchas llamadas telefónicas, felicitaciones 2.0 vía Twitter, Facebook, Tuenti.

El tiempo se para en el podium
Pero siguen los milagros, he podido anunciar mi fichaje por un equipo portugués, Ouribike, hasta final de campaña. Desde principios de temporada se interesaron por mí, algo que te anima a trabajar con mayor ilusión. Pronto defenderé los colores por las carreteras del mundo y lo que espero conseguir es pasar a formar parte de una nueva familia, disfrutar con mis nuevas compañeras y con las carreras que dispute.

En definitiva, me gustaría parar el tiempo y poder disfrutar del gran momento que estoy viviendo, una tranquilidad que a principio de año luchaba por conseguir y que por fin, con sacrificio, pelea y ambición ha llegado a mí, espero que para quedarse para siempre. Mi última mirada va hacía la medalla de bronce. Cuánto me ha costado ganarla. Pero su significado es infinito y ella lo sabe. Al igual que no puedo acabar sin dar las gracias a toda la gente que me ha apoyado día tras día y que sin ellos no estaría donde estoy.


Silvia Tirado

No hay comentarios:

Publicar un comentario